El gravísimo atentado terrorista ocurrido este miércoles contra la redacción del diario Charlie Hebdo no hace más que confirmar las advertencias que apenas cinco días atrás, el 2 de enero, Marine Le Pen había hecho públicas, entre la natural sordera o desdén de los mismos medios que hoy se horrorizan por un hecho de estas características.

Textualmente dijo la Líder del FN: “Francia, antaño un país seguro, ha caído en el salvajismo”, destacando que “nunca en toda su historia, Francia había conocido un nivel tal de violencia, y eso prácticamente en medio de la indiferencia de nuestros gobernantes. Peor aun: es la ley de la omertá (la ley del silencio de los mafiosos) la que reina. La mayoría de los crímenes que se cometen a diario no son recogidos por la prensa y el aparato estadístico del Estado oculta y disfraza la gran mayoría de la delincuencia y la criminalidad”.

Muy criticada por elogiar la edición del libro “Francia, Naranja Mecánica”, al cual se pretendió estigmatizar como xenófobo, lo cierto es que Le Pen siempre ha expresado con claridad las verdades que muchos callan. En tal sentido manifestó: “No tenemos miedo a decir que la inmigración sin control ha acrecentado de manera considerable la inseguridad en nuestro país, porque tenemos la ambición de responder a ello, de volver a dar a Francia la tranquilidad y la seguridad que ha perdido”.

La absoluta inutilidad y fracaso de la clase política y los partidos del sistema, unida a la pérdida de valores, la corrupción institucionalizada, la avalancha extranjerizante y la injusticia social, han hecho despertar a millones de franceses sobre la necesidad de un poder auténticamente patriota, firme, honesto y capaz de hacer resurgir a la nación de sus cenizas.

En el año 2017, o antes, el Frente Nacional estará gobernando Francia. 

Redacción / Libre Opinión
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