La Deuda Pública Nacional -que se divide en deuda externa y deuda interna-, es el verdadero cáncer que tiene nuestro país y que explica en definitiva nuestra frustración como Nación viable. Julio Irazusta, un histórico referente de la Escuela del Revisionismo Histórico y destacadísimo político nacionalista, en una entrevista que se le realizó allá por el año 1967 expresó: “En la Argentina el Nacionalismo es indispensable ante el abandono total de los intereses del pueblo por el Estado argentino, que fue normalmente un agente de los intereses extranjeros. Porque existe una doctrina tradicional, promulgada por Alberdi, que sostiene que el país debe estar siempre sujeto al extranjero en beneficio de la seguridad nacional”.
Estas esclarecedoras palabras de Irazusta cobran una gran vigencia en la actualidad. No se trata de ser pesimista o tremendista, se trata de ser realista, de comprender fehacientemente el grave problema de fondo. La Argentina de hoy, y por arrastre desde la última dictadura militar, es un país totalmente arrodillado, rendido y entregado por su tradicional clase política dirigencial (sea ésta de derecha, de izquierda o de centro). Es un país entregado a los parásitos de la Usura Internacional, a los grandes banqueros internacionales que nos dominan a través de la lógica del endeudamiento permanente y perpetuo.
Conceptualmente hablando, el préstamo a interés es una epidemia devastadora, es un veneno corrosivo que se corporiza en todos los pueblos de la Tierra. Es el invento diabólico por excelencia del Gran Capital, del Poder Mundial del Dinero. No por nada el célebre escritor ruso León Tolstoy afirmó en su momento: “El Dinero es una nueva forma de esclavitud, distinguible de la antigua única y simplemente por el hecho de que es impersonal, es decir, que no hay relación humana entre el amo y el esclavo”. A su vez el poeta alemán Johann Von Goethe también manifestó en su tiempo que nadie es más esclavo que aquellos que se creen libres.
El préstamo a interés es una práctica inmoral porque genera dinero de la nada, sin ningún tipo de esfuerzo productivo. Es lo que posibilita la vida de zángano de una minoría poderosa, los que dominan el Gran Capital a costa del sudor de los pueblos. Esta es entonces la esencia del actual sistema plutocrático-capitalista: el ansia insaciable de lucro, la dominación de las naciones con deudas cada vez más grandes por la lógica de la Usura, que al refinanciarse las diferentes deudas por no poseerse capacidad de pago, las mismas se hacen cada vez más enormes.
Acá está el verdadero imperio, el siniestro e invisible imperio que utiliza como campo de acción a las principales potencias mundiales para esparcir su despotismo. Por consiguiente el interés prestamista es un verdadero crimen, una suerte de pulpo expoliador cuyos tentáculos asfixian a toda la humanidad. Y la gran concentración del dinero por parte de las Altas Finanzas globalizadoras permite a esa plutocracia internacional direccionar y manipular a la opinión pública a través del control del aparato de propaganda, de los grandes medios de comunicación.
En todo lo señalado se inserta la Argentina con su estructural y parasitaria Deuda Pública Nacional. En esta sentido, la Deuda Externa se contrajo de manera sistemática desde la época de la última dictadura militar, con la feroz reforma neoliberal y de especulación financiera impulsada por el ministro de Economía del Proceso, José Alfredo Martínez de Hoz. Y esta deuda se fue haciendo cada vez más voluminosa durante los sucesivos gobiernos civiles desde 1983 en adelante.
A todo esto, el 14 de julio de 2000 la Justicia Argentina dictaminó –en histórico y memorable fallo– que la Deuda Externa se había contraído de manera fraudulenta e ilegítima, en donde la tradicional clase política no la repudió ni hizo absolutamente nada. Lo que históricamente se hizo fue pagar vencimientos de intereses pidiéndose nuevos préstamos a la Banca Internacional. Y al refinanciarse así la deuda, la misma crece exponencialmente hacia futuro.
El kirchnerismo “innovó” en la materia: generó una estructural deuda intra-Estado. Es decir, llevó adelante una política de endeudamiento sistemático del Estado con organismos públicos del país (Banco Central, Banco Nación y Anses entre otros) para obtener un importante colchón de dólares y hacer frente a los vencimientos de fuertes intereses con la Banca Internacional. O sea mucho más deuda pública, en este caso interna.
Durante el año 2005 –luego del canje Kirchner/Lavagna– la Deuda Pública Nacional era de 152.186 millones de dólares. Durante el período kirchnerista 2003-2013 se pagaron en total 190.000 millones de dólares a los jerarcas de la Usura Internacional, y en la actualidad la Deuda Pública ya asciende al escalofriante monto de 250.000 millones de dólares.
Evidentemente la escandalosa Deuda Pública Nacional es la esclavización invisible del pueblo argentino, el gran condicionante de todo lo que ocurre en la Argentina. La deuda tiene una sola lógica, la lógica de la Usura, en donde el acreedor usurero lo único que busca no es que el deudor pague (como erróneamente se cree) sino hacer crecer más y más su monto a cobrar. Es decir, todo está armado como sistema de deuda perpetua. Y los pagadores seriales –la partidocracia corrupta y entregadora de turno–, rinde tributo a esos jerarcas de la Usura Internacional.
Todos los acuerdos de reestructuración y de refinanciación significan patear para adelante vencimientos. Y esta cuestión puntual es la que hace crecer aún más lo que se debe, ya que (como se explicó) siempre se va a generar un crecimiento exponencial de deuda porque a futuro genera muchos y fuertísimos intereses.
Por consiguiente, en primer lugar tenemos que ser realistas y poder reconocer el gravísimo problema que nos aqueja y somete. En segundo lugar, reconstruir un auténtico y verdadero Poder Nacional que vele por los reales intereses de los argentinos. Es que en esto está la clave.
El problema es de Poder, y mientras sigamos gobernados por una partidocracia vasalla de la Banca Internacional, siempre vamos a estar a merced de los poderosos del mundo, siempre vamos a estar arrodillados y vencidos frente a los parásitos y explotadores de siempre.
Prof. Darío Coria
Partido BANDERA VECINAL
Secretario de Educación y Cultura
Jefe de La Passaponti Provincia de Buenos Aires
Conductor del programa “Estirpe Nacional”